La segunda parte de la campaña publicitaria del
gobierno británico del año 2017 nos sirve para hablar sobre los escasos
conocimientos pedagógicos del profesorado británico. (https://www.youtube.com/watch?v=rVCvxDzGWKU ).
En los segundos 8
a 12 contemplamos a Patty, una jovencita parlanchina, que un profesor británico
conseguirá que “emita palabras” en español. Y no digo conversar sino “emitir
palabras”, ya que Patty no tiene ni la más remota posibilidad de conseguir
hablar español, a lo más podrá “emitir palabras”, usar las frases más comunes
que vienen en cualquier diccionario de viajes, o que podría aprender igualmente
en Duolingo.
¿Por qué Patty no
puede aspirar a hablar español? Porque en la educación obligatoria británica no
existe el desarrollo del pensamiento abstracto. Es decir, el profesorado
británico cree a pie juntillas que es imposible enseñar nada abstracto antes de
los 16 años. Esta creencia está en contra del sentido común y de uno de los
pilares de la pedagogía moderna: las investigaciones de Vygotsky. Analicemos
cada uno de estos aspectos por separado.
¿Por qué no
enseñar nada abstracto va en contra del sentido común? Si no se pudiera
aprender nada abstracto antes de los 16 años ningún niño de 5 años debería
entender lo que es un perro. Un perro no existe, es una idea abstracta sobre un
grupo de animales que tienen una serie de características similares. Sin
embargo, los padres de todos los niños del mundo se empeñan en enseñarles a sus
hijos el significado de “perro” y otros conceptos abstractos como “alegría”. Y
en esto incluimos a los padres británicos que también enseñan a sus niños el
significado de “perro” o “alegría”, sin saber que los profesores británicos
considerarían semejante enseñanza inútil.
¿Por qué no
enseñar nada abstracto va en contra de uno de los pilares de la pedagogía
moderna? En los años 30 del siglo XX, Vygotsky empieza estudios sobre el
desarrollo del pensamiento abstracto en la enseñanza. Sus estudios inacabados
fueron aprovechados en la enseñanza rusa, francesa, alemana, española, …
excepto en el Reino Unido. Es decir, fuera del Reino Unido está establecida,
dentro de lo que se tiene que enseñar (currículo), una estructuración del
desarrollo del pensamiento abstracto por asignaturas o áreas, que tiene en
cuenta el desarrollo del niño. Por ejemplo en primero y segundo de primaria se
debe enseñar la suma de 1, 2 y 3 cifras, y ya en tercero se empieza con la
propiedad conmutativa de la suma (2+3=3+2).
Por poner unos
ejemplos: no desarrollar el pensamiento abstracto en el Reino Unido significa
que el universitario medio británico no tiene por qué saber lo que es un verbo,
ni tampoco los profesores de lengua de secundaria. Esto por supuesto lleva a
una inhabilidad para aprender un segundo idioma. Esta inhabilidad, basada en no
entender la gramática de la lengua materna, ha sido creada artificialmente a
través de la educación británica. Algo que tampoco sabe el universitario medio
británico es la propiedad conmutativa de la suma. Es decir, un británico no
sabe que 2+3=3+2. Esta propiedad es básica para el desarrollo del álgebra, para
entender cómo funciona una hoja de cálculo como el Excel, o para poder
programar con un lenguaje informático.
Entonces ¿qué se
enseña en la primaria británica? En inglés a hablar y escribir, pero sin
enseñar mucha gramática, puesto que eso sería abstracto, aparte de que los
profesores no saben de gramática. El resultado es que los niños están
condenados a hablar la jerga de su barrio o de los barrios colindantes que van
al mismo colegio. Hacen prácticas de hablar, leer y escribir con el único afán
de practicar una y otra vez nuevo vocabulario. Pero no se espera en ningún
momento haber enseñado gramática inglesa de manera que todos los niños tengan
la misma oportunidad de convertirse luego en médicos. La gramática es algo que
los niños irán descubriendo, si pueden, o si sus padres hacen algo al respecto
como contratar a profesores particulares, o si se van a vivir a otro país.
El caso de las
mates es todavía más dramático. Conceptos como las propiedades conmutativa y
asociativa de la suma, que luego forman la base del álgebra, no se ven hasta la
universidad. Los jóvenes llegan a la secundaria sin nociones básicas de
álgebra, lo cual les impide a la vez manejarse en ciencias, economía,
psicología u otras áreas relacionadas con las matemáticas con soltura. La
descoordinación de las mates o la lengua inglesa con el resto de las áreas de
la secundaria es alarmante. Esto fuerza a todos los profesores a intentar enseñar
lengua inglesa en sus áreas o mates, según les haga falta. Y provoca un caos en
el estudiante puesto que en ciencias se enseñan trucos matemáticos para lidiar
con la falta de soltura en álgebra. El estudiante termina con la impresión de
que las mates son distintas según para qué se usen, que no siguen ningún tipo
de lógica o que es lo más mágico de todas las enseñanzas que recibe.
El desarrollo del
pensamiento abstracto es clave para entender la propia lengua materna y
adquirir movilidad geográfica dentro de un país. Sirve también como base para
todas las carreras universitarias o técnicas que tienen que ver con las
matemáticas, desde ciencias pasando por economía y hasta informática. En un
mundo donde las nuevas tecnologías ocupan un lugar cada vez más destacado en
cualquier trabajo, el desarrollo del pensamiento abstracto es crucial para
conseguir un trabajo o cambiar de trayectoria profesional.
Por lo tanto, el
estudiante británico se encuentra con una desventaja de 10 años en cualquier
área respecto a otros estudiantes del mundo. Significa a su vez que la
pedagogía británica está unos 85 años por detrás de las pedagogías
desarrolladas en otros países. Las consecuencias de una enseñanza británica
desfasada o anticuada son la producción de un número inferior de profesionales
cualificados tanto en FP como en las universidades, el uso de no británicos en
las universidades británicas para explicar gramática inglesa a sus estudiantes
británicos, carreras técnicas copadas por extranjeros con formación no británica,
… En el artículo de la BBC (http://www.bbc.co.uk/news/education-39693954 ) se especifica que 1 de cada 6
académicos de las universidades británicas son de la comunidad europea (sin
hablar de otros países).
El profesorado
británico apenas cuenta con formación pedagógica. Hay que tener en cuenta que
la carrera de maestro no existe en el Reino Unido. Para ser maestro sólo
necesitas pasar un examen de inglés y mates básico, y haber aprobado
matemáticas, lengua inglesa y ciencias en la secundaria obligatoria (ver https://nationalcareersservice.direct.gov.uk/job-profiles/primary-school-teacher ). Luego estás un año ayudando o dando
clases directamente en un colegio, con un poco de suerte con alguna que otra
clase en una universidad cercana. Y eso te cualifica como maestro, obteniéndose
una especie de CAP (Curso de Adaptación Pedagógica) de
primaria. Es decir, no hay tiempo para psicologías ni pedagogías, ni entender
el desarrollo físico y psicológico de un niño, ni aprender los contenidos o
habilidades que hay que desarrollar, etc., etc., etc. ¡En el Reino Unido se
puede ser maestro sin saber casi nada! Y para ser profesor de secundaria sólo
se necesita haber aprobado lengua y matemáticas en la secundaria obligatoria
(ver https://nationalcareersservice.direct.gov.uk/job-profiles/secondary-school-teacher ). Es decir, que para ser profesor de
secundaria, donde en principio se enseñan conocimientos más complicados, se
necesita saber aún menos.
Se da el caso de
un profesor de físicas británico joven que me confesó haber cursado quinto de
primaria en España. Este profesor me comentó que gracias a las matemáticas que
había hecho en España en quinto de primaria había sacado las matemáticas de
toda la secundaria obligatoria británica. Eso en otro país es inimaginable.
Una enseñanza
donde no se desarrolla el pensamiento abstracto se convierte en caldo de
cultivo para el desarrollo de la enseñanza por descubrimiento, sin analizar si
esto último es siempre posible o incluso eficiente.
Cualquiera que
ponga a sus hijos en colegios británicos debe saber que está pagando por una
enseñanza de inferior calidad a aquella que tendría en un colegio público de su
propio país. Lo único que han tenido los colegios británicos en los últimos 40
años son las últimas tecnologías metidas en el aula. Y esto no significa que la
enseñanza sea de mejor calidad, sólo que tienen campos de deporte muy bonitos,
ordenadores modernos o laboratorios que serían la envidia de alguna universidad
pobre. Pero como dice el refrán “aunque la mona se vista de seda, mona se
queda”. Y si no vean la última propuesta de los colegios privados ingleses de
dar las gracias a los padres en forma de descuentos de billetes de avión (http://www.bbc.co.uk/news/education-39723273 ). Comparen esto con las noticias de
colegios tradicionales en España (http://www.elmundo.es/especiales/educacion/escuelas-publicas.html ), Finlandia, Singapur. Y es que la
triste realidad es que se debería pagar a cualquier alumno que vaya a un
colegio británico, ya sea público o privado, en compensación por el daño que su
educación va a reportarle durante el resto de su vida.
Los anuncios
sobre los profesores nativos británicos que se hacen en las radios españolas no
mienten. Aseguran que podrá hablar como un nativo, es decir con la jerga de
Bristol, la jerga de un barrio de Londres, … En ningún momento aseguran que el
niño va a aprender el inglés de Oxford, que es el que le sirve para tener
movilidad internacional. Y el profesor nativo británico no puede ni soñar con
enseñar lo que se conoce como el inglés de Oxford, ni aunque fuera de Oxford,
porque simplemente no sabe gramática inglesa. Por lo tanto, sería mejor
sustituir a todos los profesores nativos británicos menores de 40-50 años por
profesores nativos de otros países de habla inglesa (Irlanda, Australia,
Singapur, EEUU, Sudáfrica) donde todavía se enseñe gramática, o por un profesor
que haya hecho filología inglesa.
Los mismos anuncios de radio aseguran que el niño va a
estar dentro de la “privilegiada” enseñanza británica. Sin embargo, la
enseñanza británica de hoy en día no sólo no es privilegiada, sino anticuada y
en desventaja con lo que se hace en los propios colegios públicos de los
distintos países. La enseñanza británica actual no prepara a sus alumnos para
un mundo donde las nuevas tecnologías son un compañero en la mayoría de los
trabajos, sino para una sociedad estancada en los comienzos del siglo XX.